A solo 300 metros del Doria Grand Hotel, espacio de excelencia entre las principales terminales ferroviarias europeas, en el corazón urbano, comunicado por todos los medios de transporte y, ahora, también por los trenes de alta velocidad, la terminal milanesa brilla con una nueva luz.
Basta con dirigir un momento la mirada para captar la nueva identidad del lugar, junto con el atractivo antiguo de la “catedral del movimiento” diseñada por Ulisse Stacchini hace casi un siglo. Un caleidoscopio de mármoles y una secuencia de ambientes monumentales reestructurados, donde la luz natural juega con la artificial, realzando frisos, bajorrelieves, decoraciones, bóvedas y detalles originales, acrecientan el carácter y la energía de los nuevos elementos arquitectónicos introducidos.
La de la Estación Central de Milán forma parte de las intervenciones de restauración conservadora de arquitectura civil más importantes de Italia y ha adquirido un papel fundamental en razón de las nuevas modalidades de transporte ferroviario de alta velocidad y de la Exposición Universal de 2015.
En total, 60 000 m2 reacondicionados, 23 000 m2 de zonas de tránsito, 30 000 m2 dedicados a los servicios, el comercio y la restauración, 16 nuevas rampas mecánicas para llegar a un total de 530 metros lineales, 23 000 m2 de bóvedas y claraboyas restauradas y más de 11 000 m2 de nuevos mármoles para suelos y revestimientos, representan el corazón de esta regeneración urbana y del programa global de reforma de toda la zona aledaña a la estación de tren.